EGIPTO: LUXOR BRILLA AÚN MÁS CON LA RESTAURADA AVENIDA DE LAS ESFINGES
El objetivo del gobierno egipcio es convertir la antigua capital faraónica en un museo abierto.
Luxor, en el Alto Egipto, es tal vez la mayor cámara de tesoros arqueológicos. Con bailes y fuegos artificiales se reabrió allí recientemente la Avenida de las Esfinges, mediante la cual este país celebra su historia antigua y también busca dejar en claro que es un destino vacacional vigente, más allá de la pandemia.
Los focos bañan los muros del templo de un rojo anaranjado, las estatuas de Ramsés II lucen aún más poderosas y misteriosas que a la luz del día.
Los bailarines, actores, músicos y técnicos brindaron todo para el espectáculo televisivo. La coreografía se introdujo por los caminos de los templos, a través de las calles relucientemente limpias, por carruajes iluminados, escenarios de barcos flotantes y hasta por el cielo iluminado por fuegos artificiales.
El presidente Abdel Fatah al Sisi se encontraba, junto con su esposa Intisar, sentado entre el público y sonreía. El ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Khaled el-Anany, afirmó: “Nuestros monumentos son incomparables”.
El mensaje es claro: los tesoros brillan, la Antigüedad vive, las puertas de Egipto están ampliamente abiertas para los visitantes de todo el mundo.
Esta nación depende en gran medida de los ingresos por el turismo, de manera que sufrió fuertemente a causa de los ya pronto dos años de pandemia. Ahora se espera que una nueva oleada de visitantes experimente de nuevo el antiguo esplendor.
Luxor, en la orilla derecha del Nilo, construida sobre el territorio de la antigua ciudad de Tebas, es patrimonio cultural de la humanidad de la Unesco y una atracción para los turistas desde hace largo tiempo.
El templo, construido en torno a 1380 en honor del dios Amón, se cuenta entre las construcciones mejor conservadas de la Antigüedad egipcia.
Del lado izquierdo del Nilo se divisa entre polvorientas rocas el Valle de los Reyes. El arqueólogo británico Howard Carter descubrió allí hace 100 años la tumba de Tutankamón y, por decirlo de alguna manera, las joyas de la corona de la egiptología.